El sistema propioceptivo desempeña un papel vital al proporcionar a nuestro cerebro pues nos brinda información sobre la posición, el movimiento y la fuerza ejercida por nuestros músculos y articulaciones. Nos ayuda a mantener la conciencia corporal, coordinar movimientos y realizar actividades con precisión y eficacia.
En casos de disfunción propioceptiva, los niños pueden enfrentarse a varios retos. Por ejemplo, dificultades para modular el tono muscular, escasa conciencia corporal, problemas de coordinación y planificación motora, y dificultades con la motricidad fina y el control de la motricidad gruesa.
Los niños con disfunción propioceptiva pueden presentar una serie de características como:
Torpeza
Accidentes o caídas frecuentes
Dificultades para escribir a mano o agarrar objetos alta general de precisión en sus movimientos.
También pueden buscar un estímulo sensorial excesivo, como:
Participar en juegos bruscos
Tocar objetos constantemente
Buscar sensaciones de presión profunda.
La regulación adecuada del sistema propioceptivo es crucial para la ejecución fluida de las actividades cotidianas y la participación en diversas tareas. Cuando este sistema no funciona de forma óptima, puede afectar a la capacidad del niño para participar en actividades apropiadas para su edad, interactuar con su entorno de forma eficaz y desarrollar habilidades motoras de forma coordinada.
Afortunadamente, con la ayuda de intervenciones de terapia ocupacional, terapia física y técnicas de integración sensorial, los niños con disfunción propioceptiva pueden recibir el apoyo que necesitan. Una de las herramientas de intervención más utilizadas por terapeutas ocupacionales es el trabajo pesado.
El trabajo pesado, también conocido como "heavy work" en inglés, es una estrategia sensorial la cual ayuda a los niños a calmarse y regular sus cuerpos para así poder participar en tareas apropiadas. Esta estrategia sensorial utiliza actividades que involucran el uso de la fuerza y la resistencia, tales como empujar, jalar o llevar objetos pesados.
Estas actividades proporcionan una estimulación profunda y proprioceptiva, la cual ayuda a los niños a tener una mejor conciencia de su propio cuerpo y a regular sus sistemas sensoriales.
Quiénes se benefician del trabajo pesado:
El trabajo pesado puede ser beneficioso para una amplia gama de niños, incluyendo aquellos con:
Trastorno del procesamiento sensorial
Trastorno del espectro autista
Déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Dificultades en la autorregulación emocional
Hipotonia
Beneficios del trabajo pesado:
Mejora de la autorregulación sensorial: El trabajo pesado ayuda a los niños a regular sus respuestas sensoriales, promoviendo la calma y la atención.
Aumento del enfoque y la concentración: Al proporcionar una estimulación profunda, el trabajo pesado ayuda a los niños a mantenerse más centrados y atentos en otras actividades.
Desarrollo de la fuerza muscular: Las actividades de trabajo pesado fortalecen los músculos y mejoran la resistencia física.
Mejora de la coordinación motora: Al participar en actividades de trabajo pesado, los niños desarrollan habilidades motoras finas y gruesas, mejorando su coordinación.
Promoción de la regulación emocional: El trabajo pesado puede tener un efecto calmante y relajante, ayudando a los niños a regular sus emociones.
Activa el tono muscular
¿Pueden los terapeutas físicos incluir esta herramienta como parte de su sesión terapéutica?
Si, aunque esta herramienta en muy bien conocida y trabajada por los terapeutas ocupacionales, nosotros como terapeutas físicos podemos incluirlas como parte de nuestra estrategia de trabajo siempre y cuando nuestro objetivo sea ofrecer un input propioceptivo para permitirle al niño fortalecer su musculatura y alcanzar las habilidades motrices gruesas requeridas para su edad.
También es importante recalcar que el trabajo intenso o pesado también beneficia la amplitud de movimiento, la flexibilidad, la planificación motriz, el cruce de la línea media, el tono muscular y la estabilidad central.
Es importante que los terapeutas físicos que quieran utilizar esta herramienta de trabajo se eduquen sobre ella y se acompañen de la experiencia de un terapeuta ocupacional, ya que trabajando en conjunto con ellos podemos brindarle a nuestro paciente un tratamiento más acorde a sus necesidades.
Algunas ideas de trabajo pesado que se pueden realizar son:
Empujar el canasto de ropa.
Trepar en los juegos de los parques infantiles.
Caminar en carretilla (caminar en las manos, mientras se le sujetan los pies).
Aplastar plastilina con los pies.
Hacer un circuito en casa donde se marche, se suba sobre los cojines del sofa, se agache y pase debajo de las mesas.
Empujar una pelota terapéutica.
Halar cajas con juguetes.
Cargar juguetes de un lado al otro.
Soplar burbujas y saltar a reventarlas.
Acompañar a Nico en su aventura (leer el cuento que te dejo gratis en este link)*1
Hoy, hemos explorado el impacto de la propiocepción y el trabajo pesado como estrategias terapéuticas para niños con alteraciones sensoriales. Hemos descubierto que la propiocepción, junto con actividades que involucran resistencia y presión profunda, puede desempeñar un papel clave en el desarrollo sensorial y motor de los niños.
Al aprovechar estas poderosas herramientas, podemos ayudar a los niños a regular sus cuerpos, mejorar su coordinación y lograr un mayor bienestar en su día a día. Con el apoyo adecuado de terapeutas especializados y el compromiso de padres y cuidadores, podemos abrir un camino hacia un desarrollo sensorial pleno y un futuro prometedor para los niños.
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