Nuestro sistema auditivo nos da la capacidad de escuchar sonidos.
El sistema auditivo trabaja muy cerca con el sistema vestibular para poder regular el movimiento, el balance y la coordinación.
Este sistema tiene dos componentes.
Defensivo: Es la capacidad que tiene nuestro cerebro para ayudarnos a entender más detalles de lo que escuchamos.
Discriminatorio: Es la capacidad que tiene nuestro cerebro para ayudarnos a entender algunos sonidos que son una amenaza.
¿Qué pasa cuando nuestro sistema sensorial esta alterado?
Si tenemos una Hipersensibilidad:
El cerebro se sobrecarga de ruido y es difícil enfocarse en una tarea/actividades.
Fácilmente se distrae por ruidos.
El niño de pronto reacciona rápido y de manera negativa a sonidos altos.
El niño frecuentemente se tapa los oídos o grita.
El niño puede que le disguste o sienta miedo de sonidos como la aspiradora, seca manos o cuando descargas el baño.
Actividades para hacer:
Utiliza las orejeras.
Dale al niño más tiempo cuando le das instrucciones.
Utiliza tarjetas como herramienta visual junto con instrucciones verbales.
Organiza una Zona de relajación auditiva.
Si nuestro niño tiene Hiposensibilidad
El niño aparenta que no escuchas lo que dices.
El niño puede que busque sonidos adicionales para aumentar el nivel de atención y poder estar mas concentrado en las tareas.
El niño tiene dificultad de recordar o entender lo que se le dice.
No siempre responden su nombre.
Actividades para hacer:
Bríndale instrucciones visuales para las tareas.
Permítele tiempo para escuchar su música favorita.
Háblale cerca para darle instrucciones.
Provéele estimulación sensorial alternativa para que aumente atención/concentración.
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